Jung (1875-1961) |
El discípulo más aventajado de Freud había construido una extraña casa a orillas del lago Zúrich, a las afueras de la población de Bollingen. Al parecer allí se había confinado durante largas temporadas con el objetivo`de escribir toda su filosofía y dar forma a las bases de su psicoterapia. Y fue en Bollingen, fruto de un complejo proceso psíquico detallado en sus obras, tras su ruptura con Freud, dónde viviría experiencias aterradoras de encuentros con familiares fallecidos y con entidades del más allá. Experiencias todas ellas recogidas en su biografía, Recuerdos, sueños y pensamientos, obra editada al castellano muy recomendable para todo aquel que quiera profundizar en su filosofía son necesidad de poseer un conocimiento profundo sobre la terminología técnica. Está escrito en un lenguaje sencillo y directo porque está narrado en primera persona.
Torreón de Jung |
En 1922, durante un paseo, Jung quedó fascinado con la orilla norte del lago Zúrich y decidió comprar un terreno allí. Quería construir una vivienda sencilla que correspondiera a "los sentimientos primitivos del hombre". Una edificación que recordará un pequeño castillo, y en lo alto de la torre un cuarto reservado exclusivamente para él, un lugar de concentración espiritual. "En esa habitación aislada quedo a solas consigo mismo, llevo la llave siempre encima. Nadie puede penetrar allí si no es con mi autorización" (Recuerdos, sueños y pensamientos).
Si bien el lugar dónde pasaba consulta y desarrollaba su vida familiar era en Kusnacht; donde daba rienda suelta a su personalidad oculta era en su torreón de Bollingen. Jung informa de que comenzó a edificar coincidiendo con el fallecimiento de su madre, en 1923, y la concluyó con el fallecimiento de su mujer, en 1955. Según sus palabras, "estas fechas son significativas porque el torreón,como veremos, está dedicado a los muertos".
El entierro de un Soldado
En 1923, los planos ya estaban proyectados, la finca delimitada y los materiales dispuestos para comenzar la obra. Agatha, su hija mayor, se acercó a visitarle una tarde a la finca de Bollingen. Jung andaba enfrascado haciendo cálculos y estudiando el lugar dónde irían los cimientos. Ella, al ver dónde iba a edificar le advirtió horrorizada de que no lo hiciera; presentía que allí mismo, bajo sus pies, había cadáveres. Jung no le prestó demasiada atención y construyó el primer proyecto de su torreón.
Sería cuatro años después al replantear una reformada ampliación, cuando se llevó una mayúscula sorpresa... Hallaron un esqueleto vestido con un harapiento atuendo del ejercito napoleónico. Se encontraba a 2,20 metros de profundidad. E l cuerpo pertenecía al de un soldado francés que en 1799 probablemente había perecido ahogado en el Linth y fue finalmente arrastrado hacia la orilla del lago.
Jung construyó entonces una sepultura adecuada para el soldado y, bajo un ritual militar, disparó tres salves al cielo y colocó una lápida con una inscripción.
Tumba del Soldado Napoleónico |
No solo su hija había recibido cierto don generacional. Jung conocía la existencia de ciertos antepasados por parte materna que poseían facultades paranormales. Su abuelo acostumbraba a sentarse frente a una silla vacía y a conversar durante horas con su esposa fallecida. Al menos eso era lo que siempre comentó su segunda esposa, que con gran disgusto veía cómo su marido la dejaba plantada con la mirada perdida en otro mundo. A su vez, su difunta esposa había demostrado en vida poseer el don de la doble visión. Los escasos datos de su biografía revelan una personalidad especial.
Con estos y otros antecedentes familiares que veremos más adelante parece justificado el interés del psiquiatra por el mundo de lo paranormal. Puede que sintiera el deber de dar respuesta científica a sus antepasados. En 1898, dos años antes de terminar los estudios de la medicina, participó en sesiones de espiritismo junto a su prima Hellen Preiswerk, que a los 17 años ya entraba en trances espiritistas. Aquello había llamado sobremanera la atención del joven Jung, y la utilizó como modelo de observación para su tesis doctoral. En 1902 la publica bajó el título "De la psicología y de la patología de los fenómenos llamados ocultos."
Pero la tumba al soldado no es lo único que se puede encontrar en la vieja fortaleza del maestro. Adosados a los muros de la casa se encuentra otros tantos grabados; uno muy curioso, con una cara de desconcertantes ojos, dedicado al Genius Loci, el genio del lugar, en lo que se conoce como la logia -embarcadero cerrado al que se puede acceder cuando el nivel del lago está bajo, saltando de piedra en piedra del rompeolas protector de las corrientes-. A sus 75 años, en 1950, Jung decidió tallar algunos mensajes de fuerte significado simbólico en un cubo de piedra. Por una de las caras grabó un verso latino del siglo XIV del alquimista Arnaldo de Vilanova.
"Aquí está la piedra, la insignificante.
Ciertamente vale poco en cuanto a precio.
Será desdeñada por los ignorantes,
pero tanto más amada por los sabios".
Por otra de las caras, un pequeño hombrecillo vestido con una capucha, en una mano un farol y la otra alzada. El hombrecillo es Telesforo, uno de los tres dioses grecorromanos asociados a las artes de la medicina y la curación. Curaba apareciéndose en sueños a sus fieles susurrándoles al oído el remedio a su enfermedad. A ambos lados, un sol y una luna, puede que simbolicen los opuestos, el principio y el final.
Por la cara del hexaedro que mira al lago, plasmó otras citas alquímicas también en latín. Ideas que le fueron llegando a la mente, como dictadas:
"Soy huérfano, estoy solo, sin embargo, se me encuentra en todas partes. Soy una unidad pero contrapuesto a mí mismo. Soy joven y anciano a la vez. No he conocido padre ni madre, porque se me tuvo que extraer de las profundidades como a un pez.
Otro porque caí del cielo como una piedra blanca. Voy vagando por bosques y montañas, pero estoy oculto en lo más íntimo del hombre. Soy mortal como todos, sin embargo, no me afecta el curso de los tiempos".
El inconsciente colectivo
En su biografía Jung reconoce no saber muy bien porqué lo hizo. Intuyó que podría contener algún significado pendiente de estructurar, un rompecabezas más que dejó para ser descifrado por quien quiera aventurarse a profundizar en sus escritos. Pero ésa es una tarea difícil por no decir sobrehumana. Cierto es que dejó una gran variedad de ensayos bien estructurados para ser comprendidos por sus contemporáneos. Pero la realidad es que no sólo no le entendieron sino que sería denostado hasta que el futuro, el tiempo y el rigor científico le dieron la razón. Pero el problema es lo que Jung planteó no es fácil de alcanzar, se trata de un cambio de paradigma en todo orden social comenzando por uno mismo. Y muy poca gente está dispuesta - siquiera preparada- para asumir un cambio profundo en sus estructuras de personalidad. La respuesta más frecuente suele ser el miedo. Algunos opinan que el cambio que Jung propone está aún por llegar.
A Jung le debemos algunas aportaciones a a ciencia del más alto nivel. Entre ellas la de formular la teoría y demostrar la existencia del inconsciente colectivo, la rectificación y ampliación de la teoría sobre el inconsciente formulada por Freud, su maestro, aportando la presencia en la mente de nuestra especie de los arquetipos como modelos fijos, permanentes y universales así como comunes a todos los seres humanos independiente de la cultura y del tiempo.
Si tomamos conciencia por un momento del calado de esta formulación caeremos en el vértigo de asumir que posiblemente se trate de ese más allá del que hablan todas las religiones de todos los tiempos. Un mundo sutil al que estamos todos ligados; un espacio sin tiempo ni lugar a donde se dirigen todas las conciencias al morir. Un universo del que todos participamos activamente sin apenas saberlo. Puede que por eso se diga que Dios es el ojo que todo lo ve.
En cuanto a la teoría de los arquetipos, sería conveniente que averiguáramos con cuál nos vamos identificando a lo largo de nuestra vida. Qué papel asumimos como propio de forma inconsciente, sin saberlo. Me pregunto cuántos muchachos jóvenes habrán fallecido identificándose con la figura del héroe sin haberlo podido trascender.
Otra gran aportación fue formular la teoría de la sincronicidad, que intenta explicar cómo funcionan las leyes del azar. Este fenómeno define toda aquella situación en la que coinciden y se desencadenan dos hechos inconexos en el mismo espacio-tiempo, es decir, en el mismo lugar y en el mismo momento. Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor: a todos nos ha ocurrido muchas veces estar pensando en alguien y que de pronto aparezca por la puerta.
Por imposible que parezca, a la luz de esta teoría, es válido pensar que hay algo que conspira de vez en cuando y nos lanza un mensaje para despertar la conciencia. Es precisamente cuando lo peor le van a uno las cosas, cuando parece que está todo perdido, cuando más fenómenos sincrónicos se desencadenan a nuestro alrededor. Los expertos avisan que estos quiebros del espacio-tiempo están siempre delante, que ocurren constantemente, pero sólo hay que tener la mente abierta para verlos. De presentarse uno de ellos, se recomienda analizarlo y sobre todo darse cuenta de que hay que tener fe para continuar.
Me gusta toda la historia. Y las fotos, que son mias :)
ResponderEliminarhttps://www.flickr.com/photos/pepeinsuiza/
Pasè dentro de ese torreon 3 noches y cuatro dias. Una de las mejores experiencias de mi vida.
Saludos
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EliminarSaludos cordiales. ¿Y como fue que te dieron el alojamiento? Dicen que los 'herederos' de Jung son bastante estrictos y no muestran el lugar fácilmente... Supongo conoces de tiempo a la familia o algo asi.
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EliminarPara mí que Jung sufría de una enfermedad mental, pero como era psicólogo y sabía mucho de ese tema, pues lo manejaba bien.
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